En el lecho de una buena conversación siempre existen ciertos detalles, apreciaciones, palabras o gestos que dan a indicar tu estado anímico. Quizás mis palabras aquí no muestren nada más que un hombre roto, o un hombre incompleto, pero me parece que es suficiente pues conocerme es difícil.
Es triste que las personas más ávidas de llevarse bien con gente y vivir en sociedad sean las que menos habilidades sociales tengan, las que menos completas son o las que necesitan más cariño… pues el recibimiento general para esas personas es dolor y/o decepción.
Muchas personas dijeron haber amado, pocas realmente amaron y ninguna amó como yo. En parte será que todos somos diferentes, o quizás solo yo lo sea. Ser sentimental se dice que no es malo, yo discrepo si esos sentimientos te torturan.
Aunque siempre quedará una simple conversación de temática “lo que surja”, una canción que evoque tiempos mejores, una escena de una película, una sonrisa en la calle… algo que, si realmente tienes corazón, te hará más leve el dolor de la soledad.
Pero… ¿se puede tener corazón y no tenerlo? Podemos decir que aquí se muestra una viva imagen de que sí, un corazón roto sigue siendo un corazón. Sé que no soy el único que ha pasado por cosas así, sé que no estoy solo, pero porque quiero demostrar que mi vida aún tiene sentido, escribo y me demuestro que aunque mi corazón esté agrietado es capaz de sentir, de vivir, de emocionar, de marcar.
“El pasado enseñó al presente lo que el futuro le podría dar”
En estas palabras podría remarcar que amé a una persona como jamás creí poder hacerlo, ¿eso sería motivo de esperanza? Podré volver a amar, a sentir y vivir. Aunque es un concepto muy positivista, no encaja con mi forma de ver mi vida, sería ver más correcto el que aún me falta ser decepcionado muchas veces para poder ser realmente feliz. Es algo más realista que pesimista pues no niego llegar a volver a ser plenamente feliz, es más, ¡ahora soy feliz! No estoy solo, aunque a veces me sienta como tal, y la búsqueda de una verdadera musa que me haga sacar el mundo que tengo dentro aún está por llegar.
Realmente se echan de menos ciertos comportamientos que una verdadera relación te puede dar, una sorpresa, un abrazo, un te quiero que tantas veces acuñé en mi corazón con la esperanza de que fuera eterno. Pero la vida es así, te premia con felicidad hasta que te acostumbras a ella, por lo tanto jamás desperdicies un día con la persona que amas, jamás dejes de hacer lo que realmente quieres con tu pareja, pues el amor te llena, te completa como un puzle al que le falta una pieza, esa pieza que nunca será un “tú” o un “yo”, será un “nosotros” grabado a fuego.